Ecología y espiritualidad

La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. Joel 1:12

Esta “Palabra del Señor que vino a Joel” nos abre los ojos ante la devastación en la que nos encontramos como resultado de alejarnos de sus caminos, pero también nos anuncia con esperanza que Dios es “misericordioso y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia”, y que hará llover sobre su pueblo la bendición de su Espíritu para renovar la vida sobre la tierra.

En el libro de Joel la plaga de langostas representa una destrucción ecológica total. Los insectos devoradores han acabado con toda planta de cultivo y con toda planta silvestre. Todo se ha vuelto un desierto. El resultado es que humanos y animales sufren hambre y penalidades. Las cadenas alimenticias se rompen por el desequilibrio provocado por la sobrepoblación de saltamontes. Ahora bien, la plaga de langostas tiene relación tanto con los errores humanos como con el juicio de Dios. Es por nuestra irresponsabilidad para con el medio ambiente que vienen los desastres climáticos, se rompen las cadenas y los ciclos naturales que mantienen al mundo en equilibrio. En el libro del profeta Joel confirmamos que la fe no está divorciada de la ecología. Aquí la Palabra de Dios nos enseña que su bendición es espiritual y también material, y que su paz nos viene tanto en el corazón como en el medio ambiente porque el corazón humano y el medio ambiente están íntimamente relacionados. Así tenemos que reconocer que la crisis ecológica actual es mero reflejo de la situación espiritual del ser humano contemporáneo. En el libro de Joel se hace una clara relación entre la devastación ecológica y la devastación espiritual.

Esta Palabra nos ha movido desde el año 2016 a dirigir nuestros esfuerzos de una forma concreta sobre este el tema ecológico-espiritual. Desde hace 3 años parte de nuestro ministerio —en un acto de fe y obediencia—, se ha dirigido al desarrollo de un complejo denominado Centro Eco-Teológico Tierra Nueva en un poblado de la zona de la Sierra Mixteca llamado Agua Santa Ana (90Km al sur oriente de Puebla capital). La principal característica es precisamente su enfoque ecológico. En dicho espacio se pretende ofrecer programas a grupos de 15 a 20 jóvenes de ambos sexos por períodos de 4 a 12 semanas que les provea la oportunidad de retirarse de la cotidianidad y adquirir una experiencia renovadora con Dios en medio de la naturaleza. Nuestro interés se dirige los adolescentes en la etapa de transición hacia la universidad, pues pensamos que es un tiempo decisivo en la elección de su futuro y en cómo lo enfrentarán. Es una etapa clave para afirmarse en la fe y en su relación con Cristo. Siguiendo el consejo de la Palabra en Romanos 12 cuando dice  “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12.2, NVI), pretendemos brindarles la oportunidad de replantear su propósito en la vida guiándolos a desarrollar una mente cristiana, cultivar una vida devocional permanente y revalorar la vida y la creación como regalos de Dios. En los programas del Centro Eco-Teológico Tierra Nueva recibirán enseñanza bíblica (discipulado integral) que les permita afirmar y fortalecer su relación con JESUCRISTO; Orientación vocacional: ayudándoles a descubrir sus dones, vocación y las áreas en las que pueden prepararse académicamente para el servicio a Dios mediante la profesión que elijan. La oportunidad de adoptar criterios ecológicos al tener contacto con la naturaleza: cuidado del medio ambiente, de animales pequeños de granja, cultivo de alimentos de forma 100% orgánica y aprender la aplicación de ecotecnologías. Disfrutarán de un bello espacio para convivir, trabajar en equipo, y cultivar relaciones de amistad duraderas así como la oportunidad de bendecir a la comunidad circundante con el servicio social y la comunicación del evangelio.

Este proyecto esta aún en ciernes, no obstante Dios nos concedió el verano del 2019 realizar nuestro primer programa-campamento a modo de prueba en el que pudimos confirmar que dedicar tiempo a nuestros adolescentes para inspirarlos a vivir por Jesús, y a amar, disfrutar y cuidar de la creación, es parte de nuestro llamado y nos confirma que este sueño es inspiración de Dios.